Seis meses después de la epidemia original, el virus de la rabia ha aniquilado a la población de las Islas Británicas. No obstante, el ejército estadounidense declara que el peligro ha pasado, y los soldados americanos llegan para restaurar el orden y empezar la reconstrucción. Refugiados regresan a tierras británicas, pero uno de ellos vuelve con un secreto mortal: el virus no ha desaparecido y es más peligroso que nunca.